En territorio de Extranjería Indómita, en este mes de agosto, las vacaciones y los traslados en masa de personas a las diferentes playas y festivales musicales fueron los protagonistas.
Las cuerpas al sol relucían y contrastaban con el calor agobiante promovido por "el calentamiento global".
Los incendios en el interior de las comarcas asediaron sin dar tregua en su magnitud y voracidad.
Vaticinadores/as de plagas del fin del mundo, pudieron ver a través de sus TV y las personas directas afectadas en sus territorios , cómo el fuego voraz destrozaba cultivos, casas y parajes arbolados perdiendo todo el potencial de reserva. En días, en horas todo se convierte en ceniza, en tristeza y en un mal vaticinio para generaciones futuras.
Las realidades cada vez más tangibles por la escasez de agua, ya es una condena en algunos pueblos del interior de España.
Con el fantasma y la realidad de una guerra(GUERRA DE UCRANIA-RUSIA) que comienza ya desde el 2014, pero que sólo se ha conocido cuando se hizo más crudo y tangible para miles de personas quedando en evidencia el racismo ya manifestado desde hace siglos por parte de España a otras culturas y razas que no sean la europea, se hizo carne cuando las fronteras fueron amigables sólo para una minoría blanca y con ojos claros, mientras desde otra frontera eran asesinadas personas de otro origen y de otro color de piel. MASACRE DE MELILLA.
Buscando referencias para todo este panorama que pudieran llenar el vacío calcinado de este verano surge el asesinato de FEDERICO GARCÍA LORCA , como bandera republicana en la península ibérica que reclama y da fuerzas para seguir en la lucha cotidiana frente a este INFRA HUMANISMO que nos está acechando.
A Gloria Giner y Fernando de los Ríos
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando
desde los puertos de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿ No veis la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡Dejadme subir!, dejadme
hasta las altas barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe,
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
Poema extraído de: https://federicogarcialorca.net/
TADGA 5/09/2022