domingo, 6 de diciembre de 2015

Solsticio de Verano Argentina y América: Historia y reivindicación fuera las Navidades!! Vivan los solsticios!


La llamada de los solsticios se ha perdido en la inmensidad del consumismo salvaje y del occidentalismo dominante.

El que venga Navidad y Año nuevo ha ocultado el verdadero y ancestro festejo de los solsticios.

En esta nota de Rebeladas Kon Kausa queremos reivindicar y difundir la historia y los festejos que aún se siguen realizando de estas fiestas mal llamadas "paganas" por las dominantes clases clericales y patriarcales, les invitamos a renovar y reiniciar estos festejos para el buen vivir de todas las personas reivindicando a la Madre Natura.

¿Comenzamos?....




"La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad. En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días era cada vez más cortos. Por esta razón, fogatas y ritos de fuego de toda clase se iniciaban en la víspera del pleno verano, o 20 de junio, para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.

En tiempos posteriores se encendían fogatas en las cimas de la montañas, a lo largo de los riachuelos, en la mitad de las calles y al frente de las casas. Se organizaban procesiones con antorchas y se echaban a rodar ruedas ardiendo colinas abajo y a través de los campos.

A menudo se bailaba y saltaba alrededor del fuego para purificarse y protegerse de influencias demoníacas y asegurar el renacimiento del sol.

Se puede decir que todo empezó hace cerca de 5 mil años, cuando nuestros antepasados, tan amigos de observar las estrellas, se dieron cuenta que en determinada época del año el Sol se mueve desde una posición perpendicular sobre el Trópico de Capricornio, hasta una posición perpendicular sobre el trópico de Cáncer. A estos días extremos en la posición del Sol se les llamó solsticios de invierno y verano, los cuales ocurren los días diciembre 21 y junio 21 respectivamente. Estas fechas corresponden al hemisferio norte, pues en el sur es al contrario. El día que veremos al sol ponerse más al sur es el 21 de diciembre y el día que lo veremos ponerse más al norte es el 21 de junio. “Las fechas mencionadas son las típicas, pero puede ser que en un año determinado caiga un día antes o después, debido a las irregularidades del calendario, como los años bisiestos”. Hablando propiamente del solsticio de verano, en esta fecha el eje de la tierra está inclinado 23,5 grados hacia el sol. Esto ocasiona que, en el hemisferio norte, el 21 de junio sea el día más largo del año.
En los antiguos mitos griegos a los solsticios se les llamaba “puertas” y, en parte, no les faltaba razón. La “puerta de los hombres”, según estas creencias helénicas, correspondía al solsticio de verano (del 21 al 22 de junio) a diferencia de “la puerta de los dioses” del solsticio de invierno (del 21 al 22 de diciembre)."


El hecho científico y natural de los solsticios es que existe un momento en la traslación de la Tierra que queda a una distancia equidistante del Sol, tanto para uno u otro hemisferios del Planeta Tierra, tanto para uno será el solsticio de verano y para otro el solsticio de invierno, según la época y el tiempo de traslación.

Para los pobladores antiguos de la Historia siempre se manejaron para sus cosechas y predicciones por los hechos naturales, y era de especial observar a los astros, en especial el Sol, tanto en un hemisferio como en el otro, verificaban que las noches eran más largas y en otro período eran más cortas. Significado  fundamental para tomar el tiempo de cosechas y fertilidad y de las actividades diarias.

"SOLSTICIO DE VERANO Y DE INVIERNO: 

Hay dos momentos del año en los que la distancia angular del Sol al ecuador celeste de la Tierra es máxima. Son los llamados solsticios. El de verano es el gran momento del curso solar y -a partir de ese punto- comienza a declinar. Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que “no perdiera fuerzas”. En su conciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino. Posteriormente, el hombre seguía destruyendo los hechizos con fuego.
Se ha asociado esta festividad al solsticio de verano, pero esto tan solo es cierto para la mitad del mundo o, mejor dicho, para los habitantes que viven por encima del ecuador (en el hemisferio norte) ya que para los del sur el solsticio es el de invierno y ni tan siquiera para todos ellos pues la fiesta de San Juan es patrimonio del mundo cristiano. Aunque no crean que en los países orientales, con ritos y creencias distintas, no se celebran estas fiestas conservando en todas ellas la misma esencia: rendir un homenaje al Sol, que en ese día tiene un especial protagonismo: en el hemisferio norte es el día más largo y, por consiguiente, el poder de las tinieblas tiene su reinado más corto y en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario. En cualquier caso al Sol se le ayuda para que no decrezca y mantenga todo su vigor."

Druidas celtas, «kouros» griegos, antiguos romanos, guerreros aztecas, incas, bereberes… la celebración del solsticio de verano data del 5.000 a. C., pero su historia es tan variada que es difícil conocer su procedencia. 

La observación del Sol y el culto al fuego son tan antiguos como la humanidad. Los hombres de la prehistoria pronto comenzaron a darse cuenta de que, a partir de un determinado momento, el Sol perdía su fuerza y los días se hacían cada vez más cortos. Desconcertados, llegaron a temer que el astro rey no volvería a salir jamás, y la noche y el frío se cernieran sobre ellos para siempre. Fue por este motivo por el que se comenzaron a realizar los primeros rituales de adoración al Sol, las primeras «fiestas de San Juan», bajo los nombres más variados y las lecturas más variopintas.

Cristianos, «kouros» griegos, guerreros aztecas, romanos, incas, bereberes… la lista de pueblos que comenzaron a celebrar el solsticio de verano es infinita. Pero, ¿cuál fue el primer pueblo? Aunque se tiende a decir que los primeros rituales aparecen alrededor del 5.000 a. C. y su origen se encuentra en los celtas, lo cierto es que esto no se puede afirmar con total certeza, como en tantas otras cuestiones de Antropología e Historia.
En la cultura celta, los druidas celebraban el «Alban Heruin» en el solsticio de verano, un ritual en el que se encendían grandes hogueras buscando la bendición para sus tierras y los frutos que debían dar, así como los buenos augurios para los enamorados y la fertilidad de las mujeres. Durante esta ceremonia sagrada, que ha dejado tras de sí una gran tradición musical e infinitas leyendas populares, los druidas invocaban a los elementos de la naturaleza, representados en animales como la salamandra o personajes mitológicos como el gnomo.

"Este simbolismo era compartido por pueblos distantes, separados por el océano Atlántico. Es el caso de los viejos incas en Perú. Los dos festivales primordiales del mundo incaico eran el Capac-Raymi (o Año Nuevo) que tenía lugar en diciembre y el que se celebraba cada 24 de junio, el Inti-Raymi (o la fiesta del Sol) en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos y exclamaba: “¡Oh, mi Sol! ¡Oh, mi Sol! Envíanos tu calor, que el frío desaparezca. ¡Oh, mi Sol!” Este gran festival se sigue practicando y representando hoy en día para conmemorar la llegada del solsticio de invierno, con un claro tinte turístico. Los habitantes de la zona se engalanan con sus mejores prendas al estilo de sus antepasados quechuas y recrean el rito inca tal y como se realizaba (más o menos) durante el apogeo del Tahuantinsuyo.

ORÍGENES PAGANOS: 

Ni que decir tiene que esta fiesta solsticial es muy anterior a la religión católica o mahometana. Uno de los antecedentes que se puede buscar a esta festividad es la celebración celta del Beltaine, que se realizaba el primero de mayo. El nombre significaba “fuego de Bel” o “bello fuego” y era un festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Después los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades. A la vez, rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y no dudaban en sacrificar algún animal para que sus plegarias fueran mejor atendidas.


Otra de las raíces de tan singular noche hay que buscarla en las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, que se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días. El cristianismo fue experto en reciclar viejos cultos paganos."


Las interpretaciones son infinitas y la fiesta ha tomado numerosos nombres en otras muchas culturas de la antigüedad. Así que, no importa si no eres cristiano/a, tienes donde elegir. Pero no te olvides de «quemar lo malo» y comenzar el lunes con lo bueno. Por si acaso. 

Idea y realización: Aixa García

Fundamentos:

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